12
Julio
2017
Tercera Reunión del Clamu
Intervención de Moacyr Tesch
Intervención de Moacyr Tesch
“Perdimos todo”
Se aprobó nefasta reforma laboral y sindical
En Brasilia, Daniel Gatti
Moacyr Tesch | Foto: Nelson Godoy
Con la aprobación, en la noche del martes, de la reforma laboral promovida por el gobierno de Michel Temer y las confederaciones empresariales, los trabajadores y las trabajadoras de Brasil y de toda América Latina han perdido una dura batalla, dijo en Brasilia Moacyr Tesch, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores del Turismo y Hospitalidad (CONTRATUH).
Hablando ante la tercera reunión del Comité Ejecutivo del Comité Latinoamericano de la Mujer (CLAMU) de la UITA, que sesiona en la capital brasileña entre miércoles y jueves, un emocionado Moacyr dijo que el del martes fue “un día histórico, por lo terrible, para el movimiento obrero” del país y la región.
“Lo peor es que hay trabajadores y trabajadoras que ayer festejaban, porque creen que ahora se van a liberar de los sindicatos, que ya no tendrán que pagar obligatoriamente su cuota y que podrán negociar directamente sus condiciones de trabajo con sus patrones”, se lamentó el principal dirigente de la CONTRATUH.
“En la dictadura militar mataron a muchos dirigentes sindicales, asesinaron a muchos de nosotros, pero atacaban gente, ahora están barriendo con leyes, asesinando las instituciones. Es terrible”.
Tesch enumeró algunos de los beneficios que los trabajadores y trabajadoras de este país perderán: la jornada laboral de ocho horas (podrá llegar hasta 12), los contratos estables (se generalizarán las tercerizaciones), las modalidades actuales de contratación (los contratos basura serán la norma), las negociaciones colectivas (se privilegiará la “negociación” individual).
Serán también muchos, muchísimos, los trabajadores y las trabajadoras con empleo estable que serán despedidos por las razones que al patrón se le ocurran para que en su lugar llegue personal tercerizado y peor remunerado.
Perderán igualmente la hora de descanso para comer (se reducirá a la mitad), las vacaciones anuales serán partidas en tres.
Y desaparecerán muchos sindicatos, arruinados porque ya no contarán con los subsidios que les brindaba la cuota sindical obligatoria. “Algunos tendrán meses de vida, otros quizás algunos años”, dijo Moacyr.
“En el Congreso introdujeron cien modificaciones a la legislación laboral. El proyecto inicial incluía siete. Es tremendo”.
Antes de retirarse para asistir a una reunión en su central sindical, y luego de pedir "el apoyo del movimiento obrero internacional", Moacyr Tesch señaló: “la situación es terrible. Días atrás reunimos a unas 150.000 personas aquí en Brasilia contra la reforma. Nos recibieron con gases y balazos e hirieron a un compañero de Minas Gerais.
Sabíamos que no teníamos las fuerzas suficientes para oponernos a esto que pasó ayer, pero igual fue un balde agua fría”, dijo al marcharse, igual de compungido que cuando comenzó su discurso.
“Lo peor es que hay trabajadores y trabajadoras que ayer festejaban, porque creen que ahora se van a liberar de los sindicatos, que ya no tendrán que pagar obligatoriamente su cuota y que podrán negociar directamente sus condiciones de trabajo con sus patrones”, se lamentó el principal dirigente de la CONTRATUH.
“En la dictadura militar mataron a muchos dirigentes sindicales, asesinaron a muchos de nosotros, pero atacaban gente, ahora están barriendo con leyes, asesinando las instituciones. Es terrible”.
Tesch enumeró algunos de los beneficios que los trabajadores y trabajadoras de este país perderán: la jornada laboral de ocho horas (podrá llegar hasta 12), los contratos estables (se generalizarán las tercerizaciones), las modalidades actuales de contratación (los contratos basura serán la norma), las negociaciones colectivas (se privilegiará la “negociación” individual).
Serán también muchos, muchísimos, los trabajadores y las trabajadoras con empleo estable que serán despedidos por las razones que al patrón se le ocurran para que en su lugar llegue personal tercerizado y peor remunerado.
Perderán igualmente la hora de descanso para comer (se reducirá a la mitad), las vacaciones anuales serán partidas en tres.
Y desaparecerán muchos sindicatos, arruinados porque ya no contarán con los subsidios que les brindaba la cuota sindical obligatoria. “Algunos tendrán meses de vida, otros quizás algunos años”, dijo Moacyr.
“En el Congreso introdujeron cien modificaciones a la legislación laboral. El proyecto inicial incluía siete. Es tremendo”.
Antes de retirarse para asistir a una reunión en su central sindical, y luego de pedir "el apoyo del movimiento obrero internacional", Moacyr Tesch señaló: “la situación es terrible. Días atrás reunimos a unas 150.000 personas aquí en Brasilia contra la reforma. Nos recibieron con gases y balazos e hirieron a un compañero de Minas Gerais.
Sabíamos que no teníamos las fuerzas suficientes para oponernos a esto que pasó ayer, pero igual fue un balde agua fría”, dijo al marcharse, igual de compungido que cuando comenzó su discurso.