18
Agosto
2017
Lucha de clases
Sindicatos y gobierno uruguayo se oponen a reforma laboral brasileña, los empresarios la apoyan
La Rel
Ilustración: Allan McDonald
Mientras el gobierno uruguayo presentó ante el Mercosur una consulta sobre las consecuencias de la reforma laboral brasileña, la central sindical única la rechazó de plano, y los empresarios la respaldaron.
Era previsible: el laboratorio brasileño iba a convocar a todos los aprendices de brujo de la región para imitar sus experimentos.
Luego que el gobierno argentino y las patronales de ese país afirmaran que veían con buenos ojos la reforma laboral de su gran vecino y rival del Mercosur, los empresarios uruguayos siguieron el mismo camino.
La Cámara de Industrias de Uruguay afirmó que consultará a expertos en legislación laboral brasileños para ver si se puede aplicar aquí también el engendro pergeñado por el gobierno de Michel Temer.
A Washington Corallo, el presidente de esa cámara, le seduce particularmente la disposición de la reforma laboral brasileña que hace prevalecer los acuerdos por empresa sobre los convenios colectivos por rama y dan “libertad” a trabajadores y trabajadoras a negociar por fuera de los sindicatos pactos individuales.
También otras que benefician directamente a los empresarios, para modificar casi que a su antojo los horarios de la jornada laboral, establecer contratos de corta duración por tiempo indeterminado, dividir en tres las licencias anuales, Uruguay necesita generar condiciones de competitividad, dijo Corallo.
“Es una provocación que el movimiento sindical no va a aceptar”, respondió el secretario general de la central sindical única PIT-CNT, Marcelo Abdala.
“Las nuevas normas retrotraen a Brasil al siglo XIX”, agregó el dirigente.
El ministro de Trabajo y ex sindicalista Ernesto Murro coincidió con Abdala: “Si vale más un acuerdo individual entre un trabajador y un empresario que una ley o un convenio, retrocedemos dos o tres siglos”, dijo.
Y agregó que “Uruguay va a seguir buscando el crecimiento económico, pero respetando los derechos de trabajadores y trabajadoras”.
El gobierno del presidente Tabaré Vázquez pretende convocar a las instancias del Mercosur que se ocupan de los temas sociolaborales para determinar cómo puede incidir la reforma brasileña sobre los otros países del bloque.
“Va a ser mucho más difícil competir si un gran país como Brasil baja su costos laborales de esa manera”, dijo a su vez el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa.
“Uruguay ha llevado adelante una política democrática inclusiva, y el elemento de distribución de la riqueza más importante es el salario, el cual ha aumentado de manera sistemática”, declaró por su lado la ministra de Industria Carolina Cosse.
Las declaraciones de integrantes del gobierno le valieron al embajador uruguayo en Brasilia ser convocado por la cancillería brasileña para que diera “explicaciones”.
Luego que el gobierno argentino y las patronales de ese país afirmaran que veían con buenos ojos la reforma laboral de su gran vecino y rival del Mercosur, los empresarios uruguayos siguieron el mismo camino.
La Cámara de Industrias de Uruguay afirmó que consultará a expertos en legislación laboral brasileños para ver si se puede aplicar aquí también el engendro pergeñado por el gobierno de Michel Temer.
A Washington Corallo, el presidente de esa cámara, le seduce particularmente la disposición de la reforma laboral brasileña que hace prevalecer los acuerdos por empresa sobre los convenios colectivos por rama y dan “libertad” a trabajadores y trabajadoras a negociar por fuera de los sindicatos pactos individuales.
También otras que benefician directamente a los empresarios, para modificar casi que a su antojo los horarios de la jornada laboral, establecer contratos de corta duración por tiempo indeterminado, dividir en tres las licencias anuales, Uruguay necesita generar condiciones de competitividad, dijo Corallo.
“Es una provocación que el movimiento sindical no va a aceptar”, respondió el secretario general de la central sindical única PIT-CNT, Marcelo Abdala.
“Las nuevas normas retrotraen a Brasil al siglo XIX”, agregó el dirigente.
El ministro de Trabajo y ex sindicalista Ernesto Murro coincidió con Abdala: “Si vale más un acuerdo individual entre un trabajador y un empresario que una ley o un convenio, retrocedemos dos o tres siglos”, dijo.
Y agregó que “Uruguay va a seguir buscando el crecimiento económico, pero respetando los derechos de trabajadores y trabajadoras”.
El gobierno del presidente Tabaré Vázquez pretende convocar a las instancias del Mercosur que se ocupan de los temas sociolaborales para determinar cómo puede incidir la reforma brasileña sobre los otros países del bloque.
“Va a ser mucho más difícil competir si un gran país como Brasil baja su costos laborales de esa manera”, dijo a su vez el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa.
“Uruguay ha llevado adelante una política democrática inclusiva, y el elemento de distribución de la riqueza más importante es el salario, el cual ha aumentado de manera sistemática”, declaró por su lado la ministra de Industria Carolina Cosse.
Las declaraciones de integrantes del gobierno le valieron al embajador uruguayo en Brasilia ser convocado por la cancillería brasileña para que diera “explicaciones”.